Saltar al contenido

Cómo escogí mi palabra del año

Hay una actividad que ya se ha vuelto una tradición para mí, para mi familia y con mis clientes al comenzar un año nuevo: escoger una “palabra del año”. Una palabra que represente algo importante para nosotros, un concepto que nos inspire y que actúe como una brújula para mantenernos orientados hacia cómo aspiramos ser. A través de los años mis seres queridos y yo hemos escogido “libertad”, “congruencia”, “kaizen”, “voz”, “valentía”, “perseverancia”, y muchas más.

Para este año yo escogí la palabra “conexión” y lo compartí en mis redes. Lo que no había compartido con nadie es que mi palabra del año surgió de una sesión de coaching apreciativo. Yo soy la clienta, y tengo la suerte de que mi coach sea especialista en indagación apreciativa. En una sesión a fines de diciembre estábamos hablando de cómo me siento atorada desde hace tiempo en un proyecto que es muy importante para mí, pero que pospongo y pospongo. Me siento paralizada y esto me hace sentir muy mal, enojada y decepcionada de mí misma (además soy coach, en casa del herrero sartén de palo…).

A través de sus preguntas, llenas de curiosidad y libres de juicios, mi coach me invitó a describir lo que me llena de energía, lo que me entusiasma, lo que más valoro. Me ayudó a conectarme con lo que en indagación apreciativa se llama el “núcleo positivo”. Una definición que me encanta del núcleo positivo es que es vez “aquello que nos da vida”. Una vez identificado esto, ella me preguntó cómo me imagino que sería realizar mi proyecto si siguiera conectada con mi núcleo positivo. Inmediatamente me imaginé que podría actuar con ligereza, que mi trabajo fluiría más fácilmente y que sería más productiva. Pensar en esto cambió cómo me sentí sobre mi proyecto. Me volví a sentir entusiasta y con confianza en mí misma, en vez de tener esa sensación de pesadumbre y recriminación con la que hace meses me acerco a mi mesa de trabajo.

Por eso escogí “conexión” como mi palabra del año. Para estar más cerca de la gente que quiero, sí, pero especialmente para estar conectada con mi núcleo positivo. Ya les contaré si lo logro 😉

Escrito por Margarita Tarragona

×