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Crear culturas apreciativas en las organizaciones

“Sin entendimiento no habrá confianza. Sin asumir riesgos nada cambiará.” Madre Teresa de Calcuta

Una labor importante a desarrollar por los líderes organizativos es generar culturas en las que los miembros puedan explorar, experimentar, ampliar sus capacidades, improvisar y adelantarse a las necesidades de los clientes antes de que las formulen. A estas culturas se les denomina con frecuencia “culturas de aprendizaje apreciativo”. El esfuerzo de innovación exige un tipo de aprendizaje diferente, que no sea un mero adaptarse a los retos y resolver problemas.

Este tipo de aprendizaje se centra en imaginar posibilidades e idear nuevas formas de mirar el mundo. La innovación exige estar dispuesto a pensar de forma alternativa. Conlleva un enfoque apreciativo, la habilidad de vislumbrar posibilidades radicales y la disposición a ir más allá de los límites de los problemas. Este enfoque se potencia con la Indagación Apreciativa (Appreciative Inquiry), un método de intervención en las comunidades, organizaciones y grupos para descubrir en acción lo que les da vida, su núcleo positivo, sus fortalezas y las aspiraciones colectivas y para diseñar e innovar lo que les dará más vitalidad mejorando la comunicación mediante los diálogos apreciativos.

La Madre Teresa de Calcuta se dirigió así a un grupo de directivos en un Congreso Internacional de Management sobre la Arquitectura del cambio en San Francisco: «¿Queréis que haya cambio? ¿Queréis que vuestra gente cambie? ¿Les conocéis? ¿Les amáis? Si no conocéis profundamente a vuestra gente no habrá entendimiento entre vosotros, y sin entendimiento no habrá confianza. ¿Amáis a vuestra gente? ¿Hay amor en lo que hacéis? Si no hay amor en vosotros no habrá poder ni fortaleza en vuestra gente. Si no hay fortaleza no hay pasión. Sin fortaleza ni pasión nadie se arriesgará. Y sin asumir riesgos nada cambiará».

Para conocer a nuestra gente tenemos que conocernos a nosotros mismos. Para tener una buena relación con los demás hemos de tener una buena relación con nosotros mismos.

Cuando lideramos desde la confianza, abrimos e impulsamos la creatividad y la innovación. Innovamos utilizando nuestra capacidad de imaginar nuevas posibilidades y de generar nuevas propuestas ante estímulos familiares. Creamos espacios de confianza permitiendo que las personas asuman riesgos, que no tengan miedo a equivocarse, que se atrevan a tener iniciativa sabiendo que serán apoyados. Cuando logramos liderar nuestra vida así, inspiramos un movimiento creativo y transformador a nuestro alrededor y en los demás.

Autor Miriam Subirana
Extracto del artículo “Lideres inspiradores y creativos”, publicado en El Pais Semanal, 2011.

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